Presente
(Escribo porque realmente te lo debo, y por escribir lo que tiene que ser escrito, no sólo por complacerte... También, por ver si soy capaz)
¡Cómo convencerte de que todo merece la pena!
En realidad, tú me diste el argumento, y es bueno.
Podemos lamentar lo que fue, o conjeturar lo que será. Podemos también pensar en lo que es.
Tienes razón: ya no es antes, porque es ahora. Antes sí, fue antes, y fueron todos esos errores que ya no tienen remedio. Antes era antes, y yo era yo... pero ahora soy yo. Y tú eras tú y siempre seguirás siendo tú, pero ahora eres tú y además de ser, estás, que es lo importante.
Ahora, en este preciso instante, te pienso, pienso que estás, y no quiero dejarte ir.
Uno mira hacia atrás y todo tiene aspecto de fantasma, mira hacia adelante, y todo tiene aspecto de fantasma.
Por favor... ¡instálame en el ahora!
Porque ahora sé lo que sé.
Ahora siento lo que siento.
Ahora soy lo que soy.
Y ahora, justo ahora, te necesito cerca.
Porque me robas la paz gris de las tardes de domingo, y me arrojas al torbellino de la vida que se renueva.
Porque soy de la familia de la piedra (y no de aquel mármol con el que está hecho el David de Miguel Ángel, sino más bien del granito más arisco) pero tu mirada me hace carne y me da forma humana.
Porque soy de la familia del pino y doy frutos duros y secos, pero tus palabras me sacan brotes más frescos, brotes de alegría y pena.
Porque soy el hombre más simple del mundo, ya lo sabes, tan simple que a veces parezco una ameba, pero quiero ser multicelular para gustarte.
Porque tu contacto me hace humano, porque me evolucionas, por eso te necesito.
Para tenerte ahora, y luego... ¡que sea lo que Dios quiera!
¡Cómo convencerte de que todo merece la pena!
En realidad, tú me diste el argumento, y es bueno.
Podemos lamentar lo que fue, o conjeturar lo que será. Podemos también pensar en lo que es.
Tienes razón: ya no es antes, porque es ahora. Antes sí, fue antes, y fueron todos esos errores que ya no tienen remedio. Antes era antes, y yo era yo... pero ahora soy yo. Y tú eras tú y siempre seguirás siendo tú, pero ahora eres tú y además de ser, estás, que es lo importante.
Ahora, en este preciso instante, te pienso, pienso que estás, y no quiero dejarte ir.
Uno mira hacia atrás y todo tiene aspecto de fantasma, mira hacia adelante, y todo tiene aspecto de fantasma.
Por favor... ¡instálame en el ahora!
Porque ahora sé lo que sé.
Ahora siento lo que siento.
Ahora soy lo que soy.
Y ahora, justo ahora, te necesito cerca.
Porque me robas la paz gris de las tardes de domingo, y me arrojas al torbellino de la vida que se renueva.
Porque soy de la familia de la piedra (y no de aquel mármol con el que está hecho el David de Miguel Ángel, sino más bien del granito más arisco) pero tu mirada me hace carne y me da forma humana.
Porque soy de la familia del pino y doy frutos duros y secos, pero tus palabras me sacan brotes más frescos, brotes de alegría y pena.
Porque soy el hombre más simple del mundo, ya lo sabes, tan simple que a veces parezco una ameba, pero quiero ser multicelular para gustarte.
Porque tu contacto me hace humano, porque me evolucionas, por eso te necesito.
Para tenerte ahora, y luego... ¡que sea lo que Dios quiera!
5 comentarios
MalSapo -
anónima_aludida -
Anónima_aludida (punto com) -
Me encanta esta parte:"Antes era antes, y yo era yo... pero ahora soy yo. Y tú eras tú y siempre seguirás siendo tú..", porque la entiendo, porque está muy bien expresada la idea que como dices, salió de mi idea.
Aunque lo que más me gusta del todo, es la parte del final, la cual me llegó especialmente.
Gracias por escribir ésto, pero más gracias todavía por sentirlo.
Goreño -
maria -